Les prometieron trabajo en una empresa de Fraga y llevan 4 meses esperando que los llamen: “Necesitamos un trabajo”
Un grupo de personas hizo pública la situación porque necesitan ayuda.
En febrero un grupo de personas de Villa Mercedes fueron convocadas para trabajar en una empresa instalada en la localidad de Fraga a través de una compañía tercerizada de vigilancia y seguridad electrónica.
Pero todas las promesas se fueron desvaneciendo con el tiempo y ahora están desesperados porque necesitan encontrar un trabajo.
“Nos tienen a las vueltas, estamos en una situación que no sabemos que hacer”, comentaron Mario, Edgardo y Natalia en declaraciones periodísticas.
Explicaron que en principio iban a ingresar en Cam.ar el 2 de abril, y que por ese motivo muchos de ellos renunciaron a los trabajos informales que tenían porque se trataba “de una buena propuesta y beneficios que prometían”.
Desde la empresa aseguraban, entre otras cosas, una jornada laboral de 8 horas y traslado personal. A partir del 1 de abril a la noche, la fecha de inicio se fue postergando reiteradamente y hasta el día de hoy no obtienen respuestas de las personas que los convocaron. “Siempre cuando íbamos a entrar había un ‘pero’”, manifestó Mario Ortiz en comunicación con El Chorrillero.
“Ahora estamos todos desempleados, y lo único que queremos es trabajar”, pidieron, y por eso acudieron a los medios de comunicación para que trascienda el problema que están atravesando.
“Son 70 las personas que estamos ilusionadas. Y si no salió esto, ver la posibilidad de que alguien nos escuche y que consigamos un trabajo. En mi caso tuve que vender el auto para poder vivir, porque tengo tres hijos”, aseguró otro de ellos.
Ortiz explicó que en su momento una de las excusas fue la falta de ropa. Los enviaron a probarse prendas a un local del centro, pero luego les dijeron que “no podían pagar” la encomienda que venía desde Buenos Aires, así que entre todos hicieron una colecta para abonar el flete. “Pensamos que debíamos darle una mano porque él nos estaba ayudando a nosotros”, señaló.
Hasta el día de hoy no les devolvieron el dinero recolectado y la ropa nunca llegó a las manos de las personas.
Los afectados recibieron amenazas telefónicas: “Nos empezaron a contactar los supuestos supervisores. Nos decían que tuviéramos cuidado y que no hiciéramos cosas de las que nos podíamos llegar a arrepentir”.
“La principal preocupación nuestra es que estamos sin trabajo, y después que ellos tienen toda nuestra documentación completa”, concluyó.